Cuando empezamos a llegar a fin de año, empieza a popularizarse aquel momento de redes sociales en que cada usuario muestra su Top 5 de artistas más escuchados, de canciones más reproducidas, etc, etc, etc. Está bueno eso, es muy interesante conocer los gustos de los demás y también para ciertas personas que estudian el mercado de la música mediante redes sociales sirve para analizar qué es lo que más suena hoy en día; sin embargo, hay algo que me genera mucha duda y confusión…
Como dice el título de este texto:
¿Apoyamos al artista o a la plataforma digital?
Spotify es el servidor de streaming más popular del momento e indudablemente mucha gente a fines de cada año espera el spotify wrapped, mismo que indica qué géneros, artistas, canciones e incluso podcasts han sido tendencia en la cuenta de cada usuario. En esta ocasión, saqué la mía y fácilmente pude notar ciertas curiosidades, como que cierto artista fue denominado mi favorito, pese a que solo escuché dos de sus canciones con frecuencia. Cosas similares vinieron de algunos amigos, quienes mencionaban no entender porque un artista al que no escuchan con regularidad apareció dentro de su top 5. Nimiedades.
Pese a estos discretos factores mencionados, una gran cantidad de público decide compartir resultados en redes y sacar a relucir todo lo que Spotify dice sobre ellos, aunque esto no sea del todo correcto. Ahí empieza a aclararse la duda y podemos notar que lo importante para algunos es publicar lo que dice el sistema, en vez de admitir que se equivoca.
En lo personal, de los 5 artistas que aparecieron entre los más sonados de mi lista, salvo aquel que digo fue erróneo, tienen espacio inmejorable en mi biblioteca musical física y digital. Discos, recuerdos y merchandising. Así ayudamos al artista. No me malentiendan, no estoy tratando de demostrar algún tipo de superioridad moral al decirles que yo sí compro discos, libros o camisetas de mis artistas favoritos. Eso lo pueden hacer todos, yo lo sé. Lo que sí se torna un tanto tedioso es darle más poder a una plataforma de distribución digital que vagamente paga $0.0033 por cada reproducción, o sea que para apenas ganar $1, la canción de tu artista favorito debió ser escuchada 250 veces. Un poco duro eso, ¿no?
Hay muchas formas de vencer el sistema, seguramente ustedes conocen más que yo. En esta nefasta época en la que no es tan fácil programar un concierto o un show, la música en línea sirve para que esas bandas o intérpretes a los que ves en redes todo el tiempo puedan seguir planeando lanzamientos de sencillos o álbumes. Esto también aplica para la música nacional, por supuesto. He visto que muchos de ustedes tienen a locales entre sus más escuchados, pero ¿compraron mercadería?, ¿fueron a un concierto? Avíspense, no hay que dejar que el arte decaiga, hay que formar parte de la cadena que nutre el trabajo de un artista.
Pensativa y reflexiva…
¡La Caracola ha hablado!
Por: Juan José Avilés Navarrete