Ya mencioné que este no es un espacio para hablar de inclinaciones políticas, ni nada por el estilo; pero a veces es inevitable toparse con ciertos temas políticos.
Bueno, parece que para bien o para mal, todo empieza a tomar su curso habitual.
¿Habrán conciertos?
Ya hubo y no fuimos, de seguro.
No se puede olvidar que sigue existiendo un problema que hay que resolver, pero este se vuelve doble al no estar identificado.
En algunas ocasiones he mencionado que ya existe difusión en nuevos medios y tradicionales, aunque esta no sea tanta como queremos o necesitamos. Hay una variedad impresionante de artistas, y por último, también existen seguidores.
Voy a citar en este momento a la leyenda del merengue, Elvis Crespo: ¿Qué es la cosa, ah?
Sigamos considerando que el arte debe ser consumido más allá de las plataformas digitales. Hay que darle la importancia debida. Comprar su mercancía, ir a sus conciertos y seguirlos donde vayan.
Al fin y al cabo, somos una ciudad pequeña en la que llenar un lugar no requiere de tanta gente. Anímese, amigo o amiga. Como dicen los vendedores ambulantes.
Hay una parte de nosotros que exige ir a ver shows, distraernos, salir y ver qué hay más allá. Si bien, el efecto dominó de la inseguridad y los errores sociopolíticos influyen de manera directa en el hecho de no poder asistir a espectáculos de manera confiable, no se hagan que por su parte también hay algo de nihilismo con el arte local.
Disculpen tanta queja
¡La Caracola ha hablado!
Por: Juan José Avilés Navarrete