La banda guayaquileña conformada por Carlos El Ermitaño Bohórquez y los hermanos Enrique y Roberto Bernous tuvo distintas etapas en su paso por el panorama de música independiente en el país. De ser un ensamble acústico minimalista, a contar con sintetizadores y animaciones que les volaban la cabeza a todos quienes los escuchaban. Sin importar qué elegían presentar, lo único que jamás cambió fue la calidad y prolijidad de su trabajo. Morfeo siempre fue simplemente épico.
Un EP (disponible solo en físico) y tres álbumes llenos de experimentación complementan su catálogo de canciones. Cabe recalcar que la valentía también estuvo presente. El Dios de los sueños jamás tuvo miedo a la crítica y eso derivó en conjuntos de sonidos que fueran mejor recibidos en distintos lugares del mundo, que en su propia casa en Guayaquil, Ecuador.
Todo tiene su final, nada dura para siempre, decía aquella voz que seguramente todos recordarán. Es por eso que este viernes 22 de septiembre, Morfeo brindará un concierto audioreactivo con canciones de todas sus épocas, mismo que será el último en el país, anunciando así su ausencia de manera indefinida. Tendrá lugar en el cine de Mz 14, situado en Panamá y 9 de Octubre.
Lejos de buscar ser pretencioso, me llena de orgullo decir que tengo cada edición física de esta agrupación que de seguro será mejor apreciada una vez deje de existir, como es común con muchas cosas en la vida. Pude verlos en vivo en distintas ocasiones, siendo cada una un verdadero deleite e inspiración para mi propio camino de artista.
Lo único que puedo hacer es agradecerles a los hermanos Bernous y a El Ermitaño por todos estos incansables años de música, por tanta paciencia y por toda la dedicación que tuvieron en este proyecto.
¿Quieren que les recomiende algo de ellos?
Todo.
Llena de nostalgia…
¡La Caracola ha hablado!
Por: Juan José Avilés Navarrete