Premios Garage Band: Un justo homenaje

El jueves anterior el panorama de la música nacional independiente se vistió de gala para la quinta edición de los Premios Garage Band, en la ciudad de Guayaquil. Desde muy temprano había cierta expectativa que se mezclaba con el nerviosismo de saber si aquellos artistas a los que se considera de nicho o menos conocidos están a la altura de ser galardonados o de si cuentan con la fanaticada suficiente para dar vida a un evento con luz propia.

Estas dudas fueron resueltas con una respuesta positiva, ya que el marco de público presente en el show fue muy amplio y entregado a sus artistas; fotos por aquí, entrevistas por allá, Plaza Guayarte acogió una premiación exitosa digna del vox populi y de la cobertura mediática que recibió.

Desde medios tradicionales, hasta nuevos medios. Nadie se quiso perder los Garage Band, menos aún las presentaciones de algunos de los nominados como Erick Mujica, André Farra y Cactus Gamarra, y a su vez ganadores como Neoma, Invasores y Luis Rueda, quien recibió el premio a la trayectoria, por sus más de treinta años de expedición musical.

Independientemente de si uno concuerda o no con los nominados o los que obtuvieron premios, esto debe considerarse un gran avance para la música nacional independiente. No nos hagamos los giles, a todos nos gustaría que se reconozca el sacrificio y el esfuerzo que realizamos para lanzar un sencillo, un vídeo, un álbum o lo que sea. Todos pasamos por esa etapa hater (como te gusta decir) en la que le buscamos la sexta pata al gato, porque ya le encontramos la quinta.

Esta fue una puerta que se abrió. Hay que aplaudir el mérito de todas las partes involucradas; organizadores, gestores, jurados, artistas, etc. Por un lado, solo buscaba dejar eso en claro.

Por otra parte, tuve el gusto de ver la ferviente conexión que tiene el público con ciertos artistas como Neoma o Invasores, quienes a mi parecer se robaron la noche con un par de canciones.

Hubo para todos los gustos y sabores, ya que cada banda o proyecto variaba en estilo, pero coincidían en lo más importante: poner a la gente a saltar.

Al final del túnel, el arte merece ser reconocido, homenajeado y exhibido. Aunque suene repetitivo: hay que saber reconocer el esfuerzo de cada quien. Vale la pena.

Sin más, ni menos, critiquen lo que quieran criticar, nadie pide lo contrario; pero no olviden argumentar luego de ello. De eso se trata todo esto, tener criterio y no solo envidia.

Felicitaciones a los merecidos ganadores!

¡La Caracola ha hablado!

Por: Juan José Avilés Navarrete

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