El artista y su trabajo… Un extenso universo viene tras esas palabras; es precisamente por eso que vamos a dividir eso en distintas entregas en este blog que la mayoría del tiempo parte desde la opinión de su autor.
Intentando responder la pregunta que origina el texto,
considero que en Guayaquil en particular nos falta un elemento muy importante en la relación artista-público y es esa inexplicable brecha que hace que admiremos desde lejos a músicos, actores, pintores, etc.
Quizás, está en nuestra propia naturaleza conseguir confianza o amistad con estos personajes para luego mostrarlo como un logro o un objetivo cumplido, pero ¿por qué?
En muchas ocasiones, esto le resta valor al artista y su arte; adoptamos una postura que acorta la mencionada brecha y quizás inconscientemente disminuimos todo el trayecto que recorre una obra, un olvidado trayecto, desde el proceso de creación y la producción, hasta la puesta en escena. No me mal entiendan, no digo que no podemos tener una amistad con sus creadores, ya que en lo personal soy alguien que goza de tener distintos amigos artistas; tampoco llamo a la extensión incontrolable del ego en la otra parte, no obstante, artista y público deben tener claro su papel.
A lo que quiero llegar con esta -tal vez- innecesaria queja es que al acortar distancias empezamos a ver a los protagonistas como personajes secundarios; dejamos de asistir a sus shows porque los hemos visto tocar en nuestras casas o en algún marco más íntimo, dejamos de escuchar sus canciones en plataformas porque podemos pedirles que las canten para nosotros, olvidamos pedirles fotos porque los vemos con frecuencia, mientras tanto posteamos en todas las redes la nueva canción del artista del momento o vamos a su próximo concierto.
Esta queja va para largo, así que como dije vendrán distintas entregas sobre este tema que plantea muchas interrogantes, pero que también traerá respuestas.
Sin falsa humildad…
¡La caracola ha hablado!
Por: Juan José Avilés Navarrete