Desde que aquí en La Caracola se habló de prohibiciones de conciertos y demás, de manera curiosa esas palabras han tomado fuerza, no para bien. A veces es lamentable tener la razón; sin embargo, no deja de ser el momento indicado para recordar las advertencias dadas.
Teniendo eso en cuenta, quiero saltar un poco a otro tema que está un poco ligado al anterior y aunque espero no tener que volverme un loro, hay que seguir visibilizando la falta de espacios y opciones para realizar conciertos y espectáculos artísticos en Guayaquil.
Puntualmente, el título de este pequeño artículo viene en referencia a lo sucedido con el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC), un lugar que desde hace mucho tiempo considero infravalorado por la cultura local.
Para quienes no estaban al tanto, el MAAC estuvo clausurado por aproximadamente seis días, ppr motivo de un deterioro en sus instalaciones, argumentado como paralización de obra según el Municipio de la ciudad. Como era de esperarse, durante este lapso de tiempo, las redes sociales estallaron con quejas y agravios que me hicieron pensar que quizás este museo -que personalmente me trae muchos recuerdos- es más querido y visitado de lo que recordaba o tal vez esto fue una de esas ocasiones en las que aplica aquella frase cliché de nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, porque vamos a ser sinceros y en completa confianza…
¿Habían ustedes ido al MAAC antes?
También recordé cuando la gente empezó a criticar a ciertos establecimientos porque solo prestaban sus instalaciones para shows de artistas con repertorios de covers, pero nunca me topé a esa gente en los mencionados lugares cuando habían artistas independientes presentando sus obras. Citando un dicho popular de nuestra época:
Qué compleja la mente humana…
No se lo tomen a mal, esto no es para achacar sus quejas y opiniones, solo pretendo que pongamos los pies sobre la tierra y apreciemos lo que tenemos, antes que nos toque extrañarlo.
Le dejo de tarea a Erick Mujica y su distinguido podcast Ruidosa Caracola (ahí fue la publicidad) una investigación sobre los lugares -nuevos o ya clásicos- donde se puedan gestionar shows en Guayaquil.
Me salí con la mía.
¡La Caracola ha hablado!
Por: Juan José Avilés Navarrete
